24 de septiembre de 1953, «la inspiración y resolución más importante» en la vida del P. Juan

24 de septiembre de 1953, «la inspiración y resolución más importante» en la vida del P. Juan

Escribir una biografía no es del todo difícil, basta con saber enlazar una serie de datos y lugares de manera ágil y entretenida. Se trataría de exponer una cronología adornada con prosa. Pero la figura que resulta de esa lectura no es ni mucho menos completa, pues al texto le faltaría lo principal: el espíritu. Por eso cuando queremos conocer la vida de alguien no solo nos interesan las fechas, si no sus palabras, sus reacciones… todo aquello que manifiesta lo que lleva dentro.

En el alma quedan impresas fechas, lugares, circunstancias que, siendo intrascendentes para muchos, para nosotros evocan un sinfín de relaciones, de recuerdos, de vivencias. Hacer memoria agradecida de ellos es, en cierto modo, no solo no olvidarnos. sino actualizar lo vivido. Por eso celebramos los aniversarios de las fechas más importantes de nuestra vida y familia; visitamos los lugares relacionados con nuestra infancia y antepasados… La memoria nos posibilita abrirnos al futuro: quién soy, de dónde vengo y a dónde voy.

El 24 de septiembre, conmemoración de la Virgen de la Merced, no es una fecha más en la vida del P. Juan ni en la del Instituto de Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote, sino que -como él mismo dice- se trata del día de la «inspiración y resolución más importante de mi vida». Una fecha que se clava en el alma, porque es intervención de Dios. Una fecha que marca un antes y un después. Una fecha que queda grabada en los anales de la historia de la Iglesia. Él mismo lo evocará en 1975:

«Dios providente quiso servirse, juntamente con su gracia, sin la cual nada hubiera podido hacerse, de los treinta y cuatro años de vida de Seminario y veintiocho de sacerdocio, que a la sazón tenía en su “haber” y en su “debe” vuestro fundador, para decidirse, el día 24 de septiembre de 1953, fiesta de la Santísima Virgen de la Merced, a dar los primeros pasos encaminados a la fundación de un Instituto Secular, de marcado espíritu sacerdotal.

Fue en Madrid, en la iglesia de “Corpus Christi”, del Monasterio de Religiosas Jerónimas; después de un rato de oración ante el Santísimo Sacramento, solemnemente expuesto.

Doce años de dirección espiritual de seminaristas y sacerdotes y la promoción apostólica de un grupo femenino, con marcada inquietud interior de oración, sacrificio y apostolado, en ayuda y servicio de los sacerdotes, junto con el beneplácito y estímulo de superiores y consejeros, fueron los antecedentes remotos y próximos que precedieron y acompañaron a esta determinación: “Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote; si Tú quieres y crees que merece la pena, vamos a comenzar”» (Mi Legado, 43-44).

Ateniéndonos a lo escrito por el propio Fundador, la experiencia que tuvo el 24 de septiembre no fue propiamente la inspiración de fundar un Instituto. si no la ratificación de llevarlo a cabo. La idea ya estaba, su experiencia como sacerdote Operario al servicio de los seminaristas y sacerdotes; su acompañamiento a mujeres con espíritu sacerdotal son el caldo de cultivo con el que Dios va preparando su alma.

A la vez que va percibiendo esas luces, intuyendo que Dios va abriendo caminos, percibe también con fuerza las dificultades. Posiblemente –solo lo podemos intuir en sus escritos- se produce durante no poco tiempo un prolongado debate interior, no sabe qué hacer. Aquel 24 de septiembre el Siervo de Dios entra dubitativo en el Monasterio de las Jerónimas y sale convencido, «tengo que empezar. Dios lo quiere».

Dios no siembra deseos inalcanzables en el corazón de los hombres, al revés, muchas veces colma el corazón de deseos para luego hacerlos realidad. El Instituto secular de las Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote no fue el invento de un sacerdote, sino un querer de Dios manifestado al Padre Juan, y que contó desde el principio con la colaboración de un grupo de mujeres que secundaron ese querer.

Gratitud infinita a Dios, al P. Juan y a todas aquellas que en estos 67 años han hecho realidad este sueño de Dios a favor de la santidad de los sacerdotes.

Fernando del Moral Acha
Sacerdote de la diócesis de Madrid

2 comentarios. Dejar nuevo

  • Inocencia Serrano
    24 septiembre, 2020 8:56 am

    Gracias al P. Juan por la valentia que tuvo al iniciar el Instituto a pesar de todas las incompresiones que tuvo que soportar.

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  • Veo aquí plasmado el comienzo de la Merced. Nolasco entregado a la redención de cautivos y desbordado más que encomendarse a María y es ella la que una noche del 1º de agosto de 1218 quien le inspira y anima a iniciar la fundación del Orden Mercedaria. Almas gemelas por lo que se ve San Pedro Nolasco y el Siervo De Dios P. Juan.

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